domingo, 13 de novembro de 2016

CIEN AÑOS DE SOLEDAD


"Muchos años después, frente ao pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo."
"El padre Nicanor, que jamás había visto de ese modo el juego de damas, no pudo volverlo a jugar. Cada vez más asombrado de la lucidez de José Arcadio Buendía, le preguntó cómo era posible que lo tuvieran amarrado en un árbol.
– Hoc est simplicisimum – contestó él –: porque estoy loco."
"Estaremos perdiendo el tiempo mientras los cabrones del partido estén mendigando un asiento en el congreso."
"La embriaguez del poder empezó a descomponerse en ráfagas de desazón."
"Extraviado en la soledad de su inmenso poder, empezó a perder el rumbo."
"En verdad, lo que interesaba a él no era el negocio sino el trabajo."
"– ¿Cómo está, coronel? – le dijo al pasar.
– Aquí – contestó él – . Esperando que pase mi entierro."
"'No estamos volviendo gente fina', protestaba. 'A este paso, terminaremos peleando otra vez contra el régimen conservador, pero ahora para poner un rey en su lugar'."
"Encerrado en el taller, el coronel Aureliano Buendía pensaba en estos cambios, y por primera vez en sus callados años de soledad lo atormentó la definida certidumbre de que había sido un error no proseguir la guerra hasta sus últimas consecuencias."
"– Lo mismo que Aureliano – exclamó Úrsula –. Es como si el mundo estuviera dando vueltas."
"Fue allí donde los ilusionistas del derecho demostraron que las reclamaciones carecían de toda validez, simplemente porque la compañía bananera no tenía, ni había tenido nunca ni tendría jamás trabajadores a su servicio, sino que los reclutaba ocasionalmente y con carácter temporal."
"Úrsula los oyó pasar desde su lecho de tinieblas y levantó la mano con los dedos en cruz."
"– Qué quería – murmuró –, el tiempo pasa.
– Así es – dijo Úrsula –, pero no tanto.
(...) y una vez más se estremeció con la comprobación de que el tiempo no pasa, como ella lo acababa de admitir, sino que daba vueltas en redondo."
"(...) escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla. (...) y fue así como en la plenitud del otoño volvió a creer en la superstición juvenil de que la pobreza era una servidumbre del amor."
"Su punto de vista, contrario a la interpretación general, era que Macondo fue un lugar próspero y bien encaminado hasta que lo desordenó y lo corrompió y lo exprimió la compañia bananera, cuyos ingenieros provocaron el diluvio como un pretexto para eludir compromisos con los trabajadores."
"(...) la verdad de que tambíen el tiempo sufría tropiezos y accidentes, y podían por tanto astillarse y dejar en un cuarto una fracción eternizada."
"(...) la historia de la familia era un engrenaje de repeticiones irreparables, una rueda giratoria que hubiera seguido dando vueltas hasta la eternidad, de no haber sido por el desgaste progresivo e irremediable del eje."
"Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás."
"– Ay, hijo – suspiró –. A mí me bastaría con estar seguro de que tú y yo existimos en este momento."
(Cien años de soledad. Gabriel García Márquez)

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